EL COSTO A PAGAR

Las cosas con Alfonso empezaron a tomar color y sabor, ahora no sólo estábamos saliendo, no sólo teníamos una relación de pareja, nos habíamos convertido en buenos amigos; en  buenos amantes.  le contaba mis alegrías, mis tristezas, bromeábamos y nos reíamos por tonterías;  era un agasajo el tiempo que pasamos juntos. Algunos encuentros eran tranquilos; conversando de la vida, me aconsejaba y apoyaba siempre que lo necesitaba. Mientras que otros encuentros nos hacían vibrar hasta quedarnos sin energía, agotados unidos en un solo cuerpo; las tardes se acortaban mientras me recostaba en su pecho a escuchar la sincronía de nuestros latidos. 
Me di cuenta que ya no quería tener el control de la situación, era más agradable entregarme a él y olvidarme del mundo en ese instante; comencé a crear, de a poco, una burbuja de bienestar. Acepté el apoyo que me brindaba y le di la exclusiva de mi vida; era la única persona que me entendía y conocía cada parte de mi, con el no había secretos, ya que el era mi secreto, mi bella mentira que le dio sentido y rumbo a mi vida. Quizás suene un poco exorbitante decir que le dío sentido a mi vida, pero justo en ese momento lo necesitaba; como mencione antes, la situación en mi casa no era precisamente paz y quietud; de manera que pasar el tiempo a su lado me hacia enfocarme en la parte positiva de la vida y darle el valor que requerían mis estudios para terminar mi carrera.
Mi soledad gritaba por su compañía y en mis momentos de tranquilidad solo podía pensar en la veta de sus ojos que me llenaba de paz.
El por su parte tenia ciertas reservas aun que en ese momento yo no me daba cuenta, se mostraba tan entregado y sacrificaba ciertas actividades para verme, manejaba hasta mi escuela para besarme y estar conmigo unos momentos en mi hora de comida; salíamos juntos a comer o simplemente nos quedábamos en el carro abrazados saciando la sed de sentirnos cerca. Obviamente esos minutos no bastaban y en ocasiones tenia que salirme de alguna clase para pasar mas tiempo a su lado, me estaba volviendo dependiente de su compañía y no me daba cuenta, me dedique exclusivamente a vivir el momento y dejar de pensar en la moral, la lógica y cualquier pensamiento que  pudiese  obstruir la felicidad que fluía desde mi ser.

Ah pero no todo fue felicidad, el tiempo de miel fue bueno mientras duro..... Ahora sabíamos que un sentimiento poderoso se desarrollo entre ambos, invadiendo hasta la parte mas oscura de nuestros corazones; ahora debíamos pagar el precio del trato que en un inicio aceptamos, debíamos enfrentar una batalla con el tiempo, ya que este nunca nos fue suficiente para amarnos, siempre necesitábamos más, y las lagrimas que por ello se derramaran pagarían una parte del alto costo que seria estar unidos. 

Comentarios

leito dijo…
Hola estoy ansiosa por segui leyendo saludos

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