FUERA DE LA CIUDAD

https://www.youtube.com/watch?v=nTj0Or3wAvU

Cierto día, que no recuerdo con exactitud,  Alfonso me pidió acompañarlo a Mexicali para la marcha del día del trabajo, sin pensar acepte su invitación,los impedimentos los resolvería al transcurrir los días. Le dije a mi familia que realizaría un viaje a Mexicali por parte la universidad, así por lo menos sabría donde me encontraba, y en la escuela solo debía avisar que no asistiría ese día por motivos personales.
Esperaba con ansias el día en que estaríamos lejos de la ciudad él y yo solos.
No necesité reloj eses día la alarma que me despertó fue la emoción del viaje y el deseo de verle. Paso por mi a las 7 a.m., el camino de Tijuana a Mexicali es de aproximadamente dos horas, las cuales parecieron apenas unos minutos; entre platicas, risas y música el tiempo transcurría rápidamente, mientras el manejaba disfrutábamos de el paisaje tomados de la mano mientras sonaba el tema "el breve espacio en que no estas" de Pablo Milanés.
Pasamos todo el día juntos, abrazándonos en plena calle; fuimos a comer y mientras estábamos sentados frente a frente  el tiempo se pausaba al mirar sus ojos llenos de amor por mi, tomaba mi mano con cierta ternura y sonreíamos. En mi ser corrían endorfinas por doquier y me perdía en su mirar; ya tenia esa potestad sobre mi. Es curioso como una actividad tan sencilla podía hacernos tan feliz a ambos.
De regreso, hizo una parada en el mirador; me abrazo y observamos el horizonte, mis labios pedían a gritos estar cerca de los suyos, nos miramos y las palabras no fueron necesarias. Estando ahí, entendí que estábamos formando nuestro destino en un camino lleno de rosas, con espinas incluidas, el cual nos llenaba de inmensa alegría pero cada momento de felicidad nos cobraría factura en los momentos de soledad y ansiedad, sufriríamos al no vernos, cada vez que tuviésemos que decirnos adiós; entendía que nunca nos seria suficiente el tiempo para amarnos y desearíamos siempre más.
-Estoy dispuesta a pagar el precio. Dije, perdida en su mirar.
-Eres una maravillosa mujer, y quizás no debas pagar un precio tan alto. contestó
-Vale la pena!. le susurre al oído y bese su mejilla.
Me estrujo fuertemente, atando mi vida a la suya.
Se dice que los seres humanos somos la acumulación de nuestras experiencias,  y que mejor que dichas experiencias vayan acompañadas de las personas que nos llenan de felicidad.