UN APOYO

Saltó de emoción el corazón al escuchar el sonido de aquel mensaje.....

Unos cuantos textos bastaron para volver a unirnos, después de todo, era un milagro que ambos esperábamos con ansias.
Me explicó que dejó de hablarme pues no sabía si me habían decomisado el teléfono y obviamente se encontraba en riesgo, por mi parte le conté mi versión,  me sentía tan culpable que no tenía cara para volver a hablarle más.
 Ya calmada la situación, los reclamos no se hicieron esperar.
-¿Porque dejaste tu teléfono a la vista?- preguntó molesto.
-Claramente no fue intencional, yo salí más lastimada que tú, en todo momento cuide los detalles para protegerte y que nadie se acercara a ti o tu familia. La manera en que fui educada y mi carácter me obligan a ser transparente ante los demás y es algo que me cuesta trabajo cambiar- Espeté
-Si quieres que sigamos juntos eso deberá cambiar, no puedo poner en riesgo a personas inocentes- Argumentó

Entendí que ambos teníamos razón, cada cual a su conveniencia; y me emocionaba la idea de continuar con aquello que aún me parecía una ventura, misma que comencé a tomar con seriedad; me hice más reservada con mi familia y amigos; de a poco me aleje de la iglesia, era algo que no me llenaba pues había encontrado el refugio que necesitaba.
Pesé a lo que imaginaba, aquella catástrofe nos unió más y comencé a sentir cariño por aquel hombre que me acogía en sus brazos cada vez que algún problema se suscitaba en mi hogar,tenía un hombro para llorar; me demostró su apoyo incondicional y me dio la fuerza que necesitaba para rebelarme, para ir a favor de mis ideales y defender mis ideas, luchas por las metas que desde niña me había propuesto. Mi rebelión nunca fue con el afán de molestar a mi familia, pero de cierto modo sentía una leve señal  con mi padrastro que me ponía a la defensiva todo el tiempo y provocaba peleas continuas entre mi mamá y él. Llego un momento en el que me di cuenta que ya no podía ser niña.... tenía que madurar, crecer para protegerme y ayudar a mis hermanas; Alfonso me proporciono tal seguridad para tomar decisiones importantes en mi vida y continuar hacia la meta.

Así  fui armando la jaula de amor que me protegía y de la cual no he podido salir.